Un texto informal del padrino, hermano de la novia
El hermano de la novia ha sido escogido por ella para que sea el padrino en su boda. Él, por supuesto, no podía negarse. Es su única hermana, y además más pequeña que él. Las palabras que le dedica están cargadas de ternura y complicidad.
Hola a todos,
Muchos ya me conocéis: soy Marcos, el hermano de la novia. Como solo somos dos hermanos, ella y yo, algunos pensaréis que es lógico que me eligiese a mí como padrino, y que apenas me sorprendería cuando me lo dijo. Pues no. Me emocioné, y mucho.
La cosa fue así: Inma me dijo de tomar algo un domingo. Hacía tiempo que no nos veíamos, así que pensé que picaríamos algo y quizá comeríamos juntos, mientras nos poníamos al día. Pero fue sentarnos en una terraza con la primera cerveza y lo soltó: “Tete, que me caso”, dijo. “¿Qué?”, le pregunté yo, pasmado. “Que me caso y tú vas a ser el padrino”. Y yo no pude hacer nada más que abrazarla y llorar. Joder, creo que era la primera vez que mi hermana me veía llorar desde que éramos pequeños. Aquel día acabó en una borrachera tremenda, a la que se unió Luis, el novio, cuando llegó por la tarde de trabajar (por entonces aún trabajaba los domingos).
Inma, sabes que desde el principio, cuando me presentaste a Luis, le cogí un inmenso cariño. Incluso le quería casi más que a ti cuando os fuisteis a vivir juntos y me pasaba los viernes con él, en vuestra casa, jugando a la consola. Menos mal que enseguida nos pasamos a los juegos de mesa y ya accediste a sentarte a jugar con nosotros. Si no, tal vez o él o yo no estaríamos hoy aquí.
No voy a extenderme más, ni con recuerdos de la infancia ni con sensiblerías. Los novios saben que no me va mucho ese rollo. Solo espero que el papel que firméis hoy no cambie para nada ni vuestra ejemplar relación ni la que tenéis conmigo. Os quiero y os querré siempre. Gracias.