Una boda en… España

Una boda en España

Una boda en España: tipos de ceremonia y vestimenta

Como en tantos otros lugares del mundo, cuando se trata de una boda en España, antaño un matrimonio nacía de un pacto entre familias. Es decir, se trataba de uniones concertadas, por conveniencia. Y eso del amor… Bueno, digamos que, si terminaba por llegar, llegaba después. No sería demasiado arriesgado aventurar que aquello de que «el roce hace el cariño» surgiese conforme el malestar de las parejas arrejuntadas iba siendo más y más patente. Pero hace tanto de aquello —al menos en España—, que las nuevas generaciones apenas pueden concebir que esta práctica haya tenido lugar en la península en algún momento de nuestra historia.

Algo similar sucede con el tipo de ceremonia: las cosas siguen cambiando y las nuevas prácticas van tomando el relevo de las antiguas. En España, la religión católica sigue siendo la predominante, por lo que las bodas que más abundan son las celebradas al amparo de este credo. No obstante, cada vez son más las parejas que optan por la vía civil. Las principales diferencias entre ambas modalidades radican en los documentos previos y en la vestimenta de los protagonistas.

Por una parte, una pareja que celebre su unión a la manera católica recogerá el Libro Matrimonial una vez finalizada la ceremonia. Si la boda es civil, a los novios se les entrega el Acta o Certificado de Matrimonio. En uno y otro caso, el paso burocrático siguiente es el mismo: presenciarse ante la autoridad local de turno para recoger el Libro de Familia, en el que figurará el estado civil de los novios, así como la información concerniente al nacimiento de sus hijos (en caso de haberlos, claro). Esta última formalidad se realiza días después de celebrado el evento.

En cuanto a la vestimenta en una boda católica, la indumentaria oficial de una novia española es un clásico vestido blanco (o beis), largo, con cola y con un velo (usualmente del mismo color que el vestido), todo ello sepultando unos maravillosos zapatos de tacón, a juego con el vestido. Por supuesto, estas características son las más habituales, pero las variantes sobre las mismas pueden ser infinitas: otros colores, piernas al descubierto, velo más o menos largo (o ausencia de velo), etc.

El novio, por su parte, no suele tenerlo tan complicado a la hora de elegir: traje oscuro, bonita camisa, zapatos a juego y, para aderezar, corbata al cuello. La ropa es bastante más modesta en el caso de una ceremonia civil, sobre todo en lo que a la novia concierne. Digamos que basta con ir elegantemente ataviados.

Una boda en España: protocolo general

Dependiendo de las costumbres regionales y familiares, algunos procedimientos de los que a continuación detallamos pueden variar, siendo los mencionados los más comunes de una Boda en España. En primer lugar, y ya en el recinto bajo el que se celebrará la ceremonia, el novio será llevado ante el cura (o la entidad legal competente) de la mano de su madre. La novia entrará a continuación, de la mano de su padre. Ambos progenitores aguardarán cerca de la pareja durante el transcurso de la lectura (que puede ser más o menos larga, según lo pactado con el encargado de oficiar la ceremonia).

Una vez finalizada la lectura se procede al intercambio de anillos, el símbolo matrimonial por antonomasia en una boda española. La alianza suele ser de oro y va colocada en el dedo anular de la mano derecha. A continuación, la unión se sella con un apasionado beso (con o sin lágrimas por medio, dependiendo del caso).

Algo muy habitual durante el ritual (sobre todo en ceremonias católicas) es que varios familiares o allegados suban al altar para dedicar unas palabras a los novios. Normalmente, estas intervenciones consisten bien en lecturas de pasajes de la Biblia, bien en breves discursos emotivos preparados para la ocasión por la persona en cuestión.

Cuando los recién casados salen de la iglesia (templo de la Religión Católica), los asistentes lanzan sobre ellos arroz o pétalos y, según la región de la geografía española en la que se realice la boda, suele prenderse una traca (petardos unidos con una cuerda para que exploten sucesiva y rápidamente). Desde la puerta de la iglesia (o los juzgados), la pareja se dirigirá en un flamante coche (alquilado o prestado por algún allegado pudiente) hacia el lugar concretado con el fotógrafo (habitualmente un paraje verde) para realizar una sesión fotográfica con las ropas de gala. Mientras tanto, los invitados se dirigirán hacia el recinto donde tendrá lugar el convite.

Una boda en España: el convite o banquete

Dado que en España las bodas suelen celebrarse por la tarde (a partir de las 18h.), los asistentes al evento se reúnen, pasada la ceremonia, para cenar. Cuando los novios llegan al lugar elegido para el banquete, los invitados los estarán esperando (con una copa en la mano, idealmente). Después de un aperitivo y ya abandonando en gran medida las formalidades precedentes, los familiares y amigos se distribuyen por mesas; estas pueden ser alargadas o redondas, atendiendo al volumen de asistentes y al deseo de los novios.

Los novios se situarán en la Mesa Nupcial o Principal, que estará de cara al resto de mesas, de manera que en todo momento pueda mantenerse, en la medida de lo posible, el contacto visual y recíproco con los invitados. Junto a los novios se sentarán los familiares más allegados, normalmente los padres de ambos. Una vez todos acomodados, los camareros comenzarán a servir los platos. Y alcohol, mucho alcohol.

Es habitual que, en una boda en España, durante la cena, los invitados exijan besos a los novios, utilizando para ello la tonadilla “Que se besen, que se besen”. Cuando llega el momento del postre, los novios se levantan para cortar (con una fina espada) la Tarta Nupcial (de varios pisos). Una vez repartidos los pedazos de tarta y coincidiendo con los cafés, se reparten pequeños regalos (a modo de recuerdo) entre los asistentes. Estos detalles pueden ser distribuidos bien por los propios novios (en ocasiones, mientras la gente cena), bien por familiares o amigos cercanos.

También es en este momento, antes del baile, cuando los invitados dan sus regalos a los novios. Este último paso ha ido sustituyéndose, con el paso de los años, por el ingreso previo de dinero en la cuenta bancaria de la pareja (el número de cuenta figura en el propio tarjetón de boda). También es en este momento en el que la novia suele lanzar un pequeño ramos de flores: las mujeres solteras que lo deseen, se sitúan a espaldas de la novia, que arroja el ramillete hacia atrás. Según cuenta la tradición, aquella afortunada que logre atraparlo será la siguiente en contraer matrimonio.

A estas alturas, con el estómago y el gaznate bien llenos, ya solo queda bajar la considerable cena: llega el momento de bailar. Esta última etapa de la ceremonia es abierta por los novios, que serán los encargados de deleitar a sus seres queridos (que se reunirán en corro en torno a ellos) con el primer baile de la noche. Este suele darse al compás de una canción lenta, bien meditada por la pareja, y pone el broche final a la ceremonia propiamente dicha. A partir de aquí, la fiesta sigue hasta altas horas de la madrugada.

Imagen vía Pixabay

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